22/02/16 – Ocurrió en el barrio Tres Luces de Cipolletti y un vecino escuchó sus gritos. La víctima, que tiene un retraso madurativo, huyó de su casa. El padre tiene prohibición de acercamiento.
Marcela vivió durante mucho tiempo en las calles de Cipolletti. Recién ahora se animó a llevar su denuncia a la Justicia.
Marcela tiene 22 años, sufre un retraso madurativo y hace sólo seis meses que dejó de vivir en la calle, pero lo más difícil de su vida fue tratar de olvidar la tarde en que su padre la violó. «Me dijo que no dijera nada, que me callara, pero yo me sentí mal y un día lo conté», explica la víctima. Eso fue a principios de enero de este año y el 27 de ese mismo mes radicó la denuncia en fiscalía. «La hice porque no aguantaba más», indicó la joven.
Recién cuando radicó la denuncia supo que desde hace tres años su padre, quien está siendo investigado por abuso, cobra su pensión por discapacidad de 5.000 pesos.
Marcela cuenta que su padre la violó «una vez» y que aprovechó una tarde cuando estaban solos en su casa del barrio Tres Luces de esta ciudad. «Yo estaba en mi habitación, él entró y abusó de mí. Yo grité pidiendo ayuda, pero nadie vino. Cuando pude sacármelo de encima corrí».
La joven relató que cuando salió de su vivienda se cruzó con un vecino al que le contó lo que le había pasado y afirma que él le dijo: «Yo te escuché, andá y hace la denuncia». Esto fue hace 11 años y desde ese momento ella decidió vivir en la calle antes que sufrir otro abuso. «Me fui a la calle porque él me amenazó, viví en la plaza San Martín pidiendo. La pasé muy mal, pero desde que conocí a mi pareja todo cambió», sostiene Marcela.
Alberto tiene 54 años y cuenta que la conoció cuando ella estaba fuera de un conocido supermercado de la ciudad pidiendo dinero. Eso fue a mediados del año pasado y desde entonces viven juntos. Él no supo de la situación hasta que ella sufrió una crisis nerviosa y le contó lo ocurrido.
Luego de que hicieran la denuncia supieron que a Marcela, por el retraso madurativo que sufre, le correspondía cobrar una pensión de 5.000 pesos. «Yo no sabía nada que me correspondía ese dinero y cuando consulté me dijeron que mi papá, que me violó y que nunca me ayudó, es quien lo está cobrando», concluyó la joven. Su padre tiene una restricción de acercamiento a ella que fue ordenada por la Justicia.
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