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Efecto La Pampa: la UCR gana fuerza en Juntos por el Cambio

El partido centenario comenzó a dar señales de musculatura en el interior del país frente al PRO. En una reunión de la mesa chica, acordaron la estrategia para los comicios, mientras su socio en la coalición amenaza con descartar las fórmulas mixtas.

Antes de la victoria en La Pampa, la UCR logró reunir a los máximos referentes del partido en una mesa chica. Era un pedido reiterado entre los correligionarios ante Gerardo Morales para lograr delinear la estrategia electoral. En esa reunión, entre otros puntos, definieron plantarse ante el PRO para apoyar a Alfredo Cornejo en la interna con Omar De Marchi y hasta se debatió sobre cómo deberían ser conformadas las listas.

Con el triunfo de Martin Berhongaray en el territorio de Sergio Ziliotto y el ordenamiento del partido centenario, en los equipos de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich comenzaron a enviar señales de independencia con sus socios y hasta ponen en duda las fórmulas cruzadas.

La cumbre radical se gestó el pasado lunes 6 de febrero, horas antes de que reuniera la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Allí estuvieron los tres gobernadores radicales Morales, Gustavo Valdés y Rodolfo Suárez; los presidentes de bloque Mario Negri y Luis Naidenoff; Emiliano Yacobitti, Ernesto Sanz y Alfredo Cornejo. El encuentro era reclamado por la mayoría de los correligionarios molestos por la alianza que las autoridades del Comité Nacional forjaron con el larretismo. De hecho, cuando el jujeño planteó la necesidad de armar una interna con Facundo Manes no logró el apoyo necesario dentro del partido para concretarlo.

Sin embargo, en la última reunión, Morales logró avanzar en una estrategia electoral consensuada y estableció las bases para una mesa radical que enfrente al PRO en la pelea por la conducción de Juntos por el Cambio. Según relataron a este medio algunos de los presentes, se debatió la posibilidad de armar las listas de unidad entre los candidatos legislativos, una idea que se impuso cuando nació Cambiemos en 2015. De ese modo, todos los postulantes a la presidencial deberían llevar la misma lista hacia abajo. Hasta el momento es una propuesta en análisis dentro de los boinas blanca.

En lo que sí hubo acuerdo unánime fue en la necesidad de reclamarle al PRO que ordene a De Marchi en Mendoza. La particularidad de esa provincia es que, pese a contar con la instancia de PASO, el diputado larretista considera que el partido amarillo no tiene participación en la coalición mendocina y que, por ese motivo, puede presentarse por afuera del frente. Más allá de las denuncias por la cercanía del radicalismo local con el Frente Renovador y Libres del Sur, en el interior de Juntos por el Cambio a nivel nacional el caso es leído como una jugada de presión del jefe de Gobierno porteño hacia su contrincante Bullrich. «Es una mala señal que no haya acuerdo y unidad, pero vamos a ganar igual», aseguran en el Comité Nacional.

Al ordenamiento nacional del radicalismo se le sumó el triunfo en La Pampa. Martin Maquieyra perdió la interna contra el candidato de Evolución pese a haber tenido el apoyo y la visita de referentes como Mauricio Macri, Bullich y Rodríguez Larreta. Pese a haber sido una contienda de poco peso, dentro de Juntos por el Cambio resonó como un avance y fortalecimiento de los correligionarios en la disputa por la conducción.

Además de Mendoza, Santa Fe y Córdoba son las provincias con un peso importante en el padrón electoral y donde, además, la oposición se siente con serias chances de ganarle al peronismo. Carolina Losada y Rodrigo de Loredo son los representantes del partido centenario que pesan fuerte en la carreta electoral. Con ese mapa, en el PRO empezaron a deslizar que, en caso de que el radicalismo tome un rol «verticalista», apelarán a las fórmulas puras. «Si creen que lo que pasó en La Pampa es la realidad, están muy equivocados», analizan en el larretismo.

La idea de implementar fórmulas mixtas – un candidato del PRO acompañado por uno de la UCR- surgió del riñón de Rodríguez Larreta, en especial, en la provincia de Buenos Aires. Si bien la oposición observa grandes posibilidades para ganar las próximas elecciones, reconocen que Axel Kicillof conserva serias chances de ser reelegido. Es por eso que necesitan del armado radical, que en las legislativas del 2021 creció con el lanzamiento de Manes, para derrotar al peronismo en su principal bastión. En la lluvia de candidatos del PRO a la Gobernación se asoman tímidamente tres candidatos radicales, entre ellos, Maximiliano Abad, Martín Tetaz y Gustavo Posse.

Sin embargo, pese a los coqueteos de los candidatos bonaerenses PRO con los radicales, con la victoria en La Pampa el larretismo comenzó a levantar el perfil de sus intendentes para las fórmulas. «Tenemos buenos nombres en la Provincia, como Javier Iguacel», advierten. En el entorno de Bullrich coinciden: «Manejamos las dos opciones. No descartamos un candidato de los nuestros para la vice».

«Es una bravuconada que pone en jaque a la UCR», admiten entre los radicales bonaerenses que, además, creen que las amenazas del PRO tienen que ver con la interna que protagonizan Larreta y Bullrich. Desde el Comité Nacional sacan pecho cuando repasan el triunfo en La Pampa y el reordenamiento del partido, aunque le bajan el tono la discusión con sus socios: «Sin nosotros no van a ningún lado pero la conclusión final es que sin gobierno de coalición no hay nada».

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