Este lunes se conocerá el fallo por el secuestro de Ariel Zille
Hay cuatro hombres acusados de ser los autores del que se considera el primer caso de secuestro extorsivo de la región, cometido contra el hijo de un empresario.
Los hechos que se juzgan ocurrieron entre el 11 y el 13 de diciembre de 2008 y comenzaron en Catriel en donde la víctima, Ariel Zille, el hijo de un empresario de 25 de Mayo, fue secuestrado en la casa de su amigo, Alemanni, a quien se lo acusa precisamente de actuar como entregador.
Desde allí Zille fue trasladado hasta una vivienda del barrio Valentina Sur de Neuquén en donde estuvo un día cautivo hasta ser liberado en el barrio Unión de Plottier. Allí lo encontró su padre luego de pagar más de un millón de pesos de rescate.
La fiscal federal María Cristina Beute solicitó a los jueces Marcelo Silva, Richar Gallego y Mariano Lozano, que condenen a Rosas a 15 años de prisión más una multa de 80.000 pesos al sostener que fue el cabecilla del grupo y quien realizaba las llamadas extorsivas que quedaron grabadas en las intervenciones telefónicas que se obtuvieron a partir de la investigación sobre el caso.
La misma pena pidió para Alemanni como partícipe necesario. En tanto que para Monsalve y Merillán solicitó 12 años más una multa de 50.000 pesos al señalar que fueron quienes aportaron la vivienda y condujeron el auto en el que se trasladó a Zille, respectivamente.
Pero los jueces deberán también analizar la versión alternativa que dieron Alemanni y Rosas quienes declararon y dijeron que en realidad se habría tratado de un autosecuestro planificado entre Alemanni y la propia víctima para sacarle dinero a su padre.
De hecho dos puntos oscuros en el juicio fueron que no quedó en claro cuánto se pago por el rescate, dado que nadie lo contó salvo Rosas que dijo que fue un monto cercano a 1.100.000 pesos.
Pero además lo llamativo del caso es que el padre de Zille entregó el dinero solicitado por los captores luego de que su propio hijo lo llamara para decirle que ya lo habían liberado.
Otros dos planteos de los defensores deberán ser analizados ya que mientras se sostuvo que la rueda de reconocimiento en la que se identificó a Monsalve sería nula, pues un policía le habría dicho a Zille a quien debía identificar, se objetó que Merillán llegó al juicio sin ser acusado de ser el conductor.
Si bien no había evidencias físicas de quienes fueron los secuestradores las intervenciones telefónicas fueron la clave del caso, ya que los cuatro acusados utilizaron sus propios teléfonos celulares para comunicarse entre ellos.
Por otro lado, las llamadas extorsivas fueron realizadas desde un número que si bien estaba a nombre de una persona que no existe, los acusados no tuvieron en cuenta que al colocar ese chip en un equipo registrado a su nombre no sólo se rastrea el chip sino también el aparato en el que se lo coloca.
El rescate
1.100.000
pesos se habrían pagado por el rescate de Ariel Zille. La Policía halló parte del dinero, que luego desapareció.