Femicidio de Agustina: qué pasará con Pablo Parra después de ser declarado culpable
El jurado popular resolvió este miércoles, por unanimidad, declarar a Pablo Parra culpable del femicidio de la joven santarroseña Agustina Fernández en Cipolletti. Parra permaneció varios segundos paralizado, en silencio. Después, personal policial lo retiró de la sala para trasladarlo al penal donde cumple la prisión preventiva.
En los próximos días será el juez Guillermo Baquero Lazcano quien impondrá la condena. Según el Código Penal, la única pena prevista para sancionar el femicidio es la prisión perpetua.
Tras los alegatos, el juez impartió las instrucciones a los doce jurados. «Ustedes son jueces de los hechos», les recordó. Exhortó al jurado a tener un debate serio, en función de la prueba presentada durante el juicio, que comenzó el 6 de mayo último.
Baquero Lazcano les explicó las tres alternativas que tenían para llegar a un veredicto: culpable de femicidio, culpable de homicidio simple o no culpable. Tras la deliberación, los jurados concluyeron que Parra es culpable del femicidio de Agustina.
Los doce jurados populares deliberaron alrededor de dos horas y media a puertas cerradas, en la sala de audiencias de Cipolletti, para consensuar el veredicto de culpabilidad.
«Nosotros, el jurado, encontramos al acusado Pablo Parra culpable por unanimidad como autor del delito de femicidio, por haber sido cometido por un hombre hacia una mujer y mediar la violencia de género», informó la presidenta del jurado, minutos después de las 18. Los padres y familiares de Agustina se abrazaron, emocionados.
Con el veredicto de culpabilidad finalizó la intervención de los doce jurados populares, que juzgaron a Parra.
El jurado popular no tiene el deber de dar motivos de su decisión, como ocurre con las sentencias de los jueces técnicos.
Pero si lo declararon a Parra culpable es porque concluyeron que la fiscalía, con la adhesión de la querella, probó que el imputado fue el autor del ataque contra la víctima, que ocurrió alrededor de las 19.34 del 2 de julio del 2022.
Cómo fue el crimen
El ataque sucedió en el departamento que alquilaba Parra, ubicado en la planta baja de un complejo situado en la calle Confluencia al 1301 de Cipolletti. La joven fue golpeada. Sufrió traumatismos de cráneo y una fractura en una mano.
Murió el 5 de julio del 2022, en el hospital de Cipolletti. Tenía 19 años.
El fiscal jefe Santiago Márquez Gauna y su par Martín Pezzetta sostuvieron en los alegatos -previos a la deliberación del jurado- que el detonante del ataque fue que Agustina mantuvo relaciones esa tarde de julio, con un joven, en su departamento, ubicado en el mismo complejo. Observaron que Parra los escuchó.
Según los acusadores público y privado Parra estaba obsesionado con la joven, que había llegado a principios de marzo del 2022 a Cipolletti, procedente de La Pampa, para estudiar Medicina en la Universidad Nacional del Comahue. Destacaron que la víctima lo rechazaba a Parra.
Los fiscales advirtieron al jurado que Parra planificó el femicidio. Y que para desviar la investigación simuló que Agustina fue víctima de una persona que entró a robar y la atacó, en un momento que él no estaba.
Los acusadores no presentaron testigos directos que señalaran a Parra como el autor del ataque. Expusieron como prueba un pedazo de tela (vellón) azul que hallaron en una concertina (el alambre espiralado de cuchillas) que estaba colocada sobre el muro perimetral del complejo. En esa tela hallaron rastros biológicos del imputado y de una empleada policial que levantó esa muestra, pero los fiscales destacaron que el mayor aporte de ADN fue del acusado.
Para los acusadores Parra trepó y saltó el muro para acceder al patio trasero de su departamento y atacar a traición a Agustina. Señalaron que todos los indicios apuntaron al imputado.
Explicaron al jurado que Parra entró y atacó a la víctima. Empujó la puerta de acceso, para impedir que Agustina escapara, le revienta una mano al cerrar la puerta, por eso, sufrió fracturas de sus dedos. La tomó de los pelos, la golpeó contra un futón y después la agredió con una llave.
«Hace dos años que veo esa puerta. ¿Saben lo que quiero hacer? Abrirla, para que Agustina se escape y se vaya con sus padres», afirmó Pezzetta ante el jurado. «Señores miembros del jurado, la puerta que no se abrió, que no permitió que los sueños de Agustina siguieran es la puerta que hoy tenemos que cerrar», sostuvo Márquez Gauna. «Y la tenemos que cerrar declarando culpable a quien le quitó los sueños a Agustina», pidió.
Estrategia de la defensa
El defensor particular Juan Coto insistió en su alegato que Parra no fue el autor del ataque.
Abonó la teoría de que un hombre entró a robar y se encontró con la joven en el departamento y la agredió.
Señaló las contradicciones de la investigación. Indicó que en las uñas de la víctima hallaron rastros genéticos que fueron cotejados con el ADN de Parra y dio resultado negativo. Aseguró que los investigadores no cotejaron con otros posibles sospechosos.
Dijo que los acusadores solo presentaron conjeturas contra el imputado. Y planteó que se obsesionaron con su asistido.
Observó que si Parra hubiese querido matar a Agustina, ¿por qué la dejó con vida? Cuestionó las conclusiones del perito Eduardo Prueger, que afirmó que es Parra una persona encapuchada grabada por cámaras de seguridad ubicadas en la zona, en el horario que ocurre el ataque contra la víctima. Prueger sostuvo que era Parra por la estatura y el color de las zapatillas, a partir de un análisis de esas filmaciones.
Coto mostró ante el jurado que las zapatillas tenían otro color de suela. Y advirtió que era errónea la estimación de la estatura a la que llegó Prueger.
«La cárcel para un inocente como Parra es la impunidad del culpable», aseveró.
Reacción ante el veredicto
Los padres de Agustina salieron del edificio y en la calle se fundieron en decenas de abrazos y muestras de afecto de militantes de organizaciones sociales, amigos y familiares de la víctima, que esperaron impacientes la decisión del jurado.
«No íbamos a dejar que esto avanzara. Se hizo justicia. Esto no queda acá pedimos que avancemos como sociedad. Que la vida de Agus valga la pena», expresó Silvana Capello, madre de Agustina Fernández.
Agradeció a la comunidad y aseguró que ahora podrán iniciar el duelo.
«¡Agustina presente!», gritaron las personas que celebraron el veredicto de culpabilidad, junto a los padres de la joven estudiante universitaria.