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Casa de Piedra-Advierten que la bajante afectará la calidad del agua

«La actitud de Buenos Aires es suicida para los regantes de Corfo», sostuvo ayer el delegado alterno de La Pampa en el comité de cuenca del río Colorado, Juan Greco, al reprochar a esa provincia que siga apoyando en forma incondicional la construcción de la represa Portezuelo del Viento, siendo que agravará la crisis hídrica que vive la zona. Según advirtió Greco, si Portezuelo estuviera construida hoy en día, «debería dejar pasar toda el agua y tendrá cero metro cúbico en su embalse».
El descenso del lago de Casa de Piedra es lento pero constante y las posibilidades de revertirlo en lo inmediato, nulas. En estos días ya perforó la cota de 273 metros sobre el nivel del mar, una altura que hacía años no alcanzaba.
«En estos momentos, el embalse está erogando 85 metros cúbicos por segundo, y según el registro que tenemos (en el paraje) Buta Ranquil, están ingresando 53 metros cúbicos», detalló Greco al ser consultado sobre la situación del embalse. «El nivel ha bajado tanto que ya se ven ‘islas’ junto al camino y de hecho se alcanza a ver un viejo camino de tierra que venía desde Río Negro y que quedó tapado por el agua», contó el delegado.
En el caso de La Pampa, a priori no debería tener problemas con el cupo de agua que le corresponde del río por cuanto está utilizando un porcentaje menor del que tiene asignado. «Es cierto que algunas localidades y también en Pichi Mahuida (donde nace del Acueducto del Río Colorado) han tenido que hacer obras en el cauce del río para facilitar que el agua llegue a las obras de captación», indicó.
«No vamos a tener problemas de cantidad, pero quizá sí de calidad, porque cuando el caudal disminuye, la salinidad aumenta», señaló.
Contradicción.
En ese contexto, Greco volvió a señalar la contradicción en que incurre la provincia de Buenos Aires cuando sus representantes en el Coirco, el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado, apoyan enfáticamente la construcción de Portezuelo del Viento ignorando que esa obra agravará la crisis hídrica del río y los principales perjudicados serán los regantes de Corfo, la Corporación de Fomento de Valle Bonaerense del Río Colorado.
«En la última reunión de Coirco, el representante alterno de Buenos Aires dejó bien en claro su posición a favor de Portezuelo. Fue el día que se debatió el pedido de las ONGs para tener una audiencia con el Coirco, que se les dijo que no», recordó Greco.
«Esta posición nos parece suicida para los regantes de Corfo, porque si ahora tenemos una crisis, cuando se construya Portezuelo del Viento vamos a tener una crisis aún mayor».
«Lo que omite Buenos Aires -continuó- es que el dique lo va a manejar Mendoza y ya sabemos cómo procede Mendoza en estos casos. Buenos Aires tiene una posición muy clara respecto a Portezuelo, pero lo hace a partir del desconocimiento de las enormes consecuencias que tendrá».
Como contrapartida, Greco destacó la posición de la nueva gobernadora de Río Negro, Anabela Carreras, que a diferencia de su antecesor, tuvo una postura un poco más cauta y dijo que corresponde seguir analizando el tema.
«No tenemos que olvidar que en el año 2011, cuando Mendoza volvió a la carga con Portezuelo, Buenos Aires decía que la presa la tenía que manejar Coirco», mientras que ahora opina algo distinto, recordó Greco.
La contradicción de Buenos Aires es tan grande que por un lado apoya una obra que traerá más problemas a la región, mientras que por el otro el comité de regantes reconoce que no habrá agua suficiente en la próxima temporada de riego y sobre las 140.000 hectáreas que se podrían cultivar en la zona del Valle Bonaerense, solo se podrán poner efectivamente en producción unas 75.000.
En este punto, Greco apuntó al delegado alterno de Buenos Aires en el Coirco, Mario Aragón, también gerente técnico de Corfo, a quien cuestionó su «incomprensible testarudez» frente a este tema.
Acueducto.
Si Portezuelo del Viento ya estuviera construida, «debería dejar pasar toda el agua que llegara» para no desabastecer a todas las demandas que existen aguas abajo, principalmente en las provincias de Río Negro, La Pampa y Buenos Aires.
«O sea que habríamos gastado 1.200 millones de dólares en hacer una represa que tendría cero metro cúbico embalsado», sostuvo.
Lo mismo sucedería con Bahía Blanca, una ciudad que tiene graves problemas de abastecimiento de agua potable y ha proyectado la construcción de un acueducto para abastecerse. «El problema es que Buenos Aires consume todo su cupo de agua en los regantes de Corfo, y no hay resto disponible para otros destinos», reveló Greco.
«Nosotros en La Pampa no tenemos ese problema porque estamos por debajo del cupo asignado y además el riego en nuestra provincia es muy eficiente. Pero es cierto que tanto en nuestras localidades como en las de otras provincias, la demanda de agua potable para consumo humano va en constante crecimiento», concluyó.
Complicación por minería.
En este escenario ya de por si complicado, en los últimos días apareció un nuevo actor: la minería. Es consecuencia de que en provincia de Mendoza se aprobó una ley que habilitaba el regreso de prácticas mineras que fueron prohibidas hace más de 10 años.
Esta ley, que a raíz del rechazo social pareciera que no prosperará, abrió la puerta a proyectos mineros que permanecían en espera desde hace años, muchos de ellos en la cuenca del río Colorado, tanto en la subcuenca del río Grande como en la del río Barrancas.
«Si estos proyectos mineros se pusieran en marcha, y sin entrar a considerar el tema de la contaminación, estas explotaciones no demandarían un gran volumen de agua, pero esto es relativo si se considera el volumen total disponible», señaló Greco. «No es lo mismo sacar un metro cúbico de agua a un río que tiene un módulo de 148 metros cúbicos por segundo, que sacárselo a un río que lleva 50 metros cúbicos y puede bajar hasta 30 metros cúbicos», explicó.
Lo mismo sucede con la actividad petrolera de la cuenca, que en términos generales no resta mucho agua, pero el porcentaje que demanda toma otra dimensión cuando la crisis se hace sentir.
«Hace unos años, Coirco encargó un estudio de los consumos de agua, y se determinó que el petróleo representaba el 1 por ciento, que es un porcentaje muy bajo. Pero en ese momento, el río tenía 148 metros cúbicos, y ahí está el conflicto», acotó.
Autoridades.
De momento, el comité de cuenca del río Colorado continúa con la mayoría de las autoridades designadas por la gestión nacional anterior y también las provinciales. De hecho, uno de los pocos cambios fue el nuevo representante titular de La Pampa, Néstor Lastiri, quien reemplazó a Javier Schlegel en la Secretaría de Recursos Hídricos. Quien renunció fue el representante titular de Buenos Aires en el comité, Fabián Mazán. Del resto, siguen los mismos delegados, incluso el miembro por el gobierno nacional Mario de Rege, fuertemente identificado con el macrismo.

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