La Pampa es la provincia que tiene menos áreas protegidas en el país

La especialista Bertolini dijo que en La Pampa “están dadas las condiciones para que si se aumenta la superficie, se puedan implementar áreas protegidas. Hay otras provincias que no tienen buenas leyes, ni un sistema, ni esa vocación política de trabajar en esta problemática”.
La Pampa tiene 107.732 hectáreas de superficie bajo área protegida, la que la ubica como la provincia con menos áreas bajo protección. El dato fue revelado ayer por María Paula Bertolini, bióloga especializada en planificación de Áreas Protegidas Privadas que disertó en las Jornadas Participativas sobre Investigar y Aprender que organizaron la Subsecretaría de Ambiente y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Destacó que “La Pampa tiene muchas condiciones para implementar las áreas protegidas”.
Bertolini remarcó el valor de las áreas protegidas “como herramientas de conservación” y cómo es importante implementarlas de manera eficaz bajo los lineamientos internacionales que son conceptos nuevos en este tema. También para abrir el panorama respecto de lo que es necesario para conservar no solo parques estrictos, sino un sistema, un mosaico de áreas conectadas e integradas al paisaje”. En ese marco mostró el ejemplo de Misiones y de la Fundación Temaiken que administra una reserva privada y en la cual se desempeña.
“Pero básicamente -sostuvo respecto de su charla- se centró en cómo implementar esas áreas, en cómo evaluar la efectividad de manejo, cómo contemplar otros usos productivos e interactuar con los otros actores que hacen a la conservación y así asegurar procesos y la generación de recursos para que sea sustentable”.
La autora rescató en principio el trabajo de la provincia de Misiones como “uno de los más avanzados por su biodiversidad, por su historia y su ley de áreas protegidas, además de contar con una carrera de guardaparques, con lo cual es un ejemplo”.
Igualmente remarcó que “La Pampa también tiene su sistema, su Ley, y tiene muchas condiciones para poder implementarlas, además del trabajo de la Subsecretaría, la Facultad, con lo cual -señaló- quise dar aliento para trabajar en la creación de nuevos espacios, mirando no solo su superficie, sino su integración con el paisaje y sus valores naturales”.
Otro punto importante en su exposición fue respecto de apuntar a la conservación privada. “Como un sistema de gobernanza en áreas protegidas que hay que impulsar, y que es la oportunidad para sumar superficie para llegar a las metas y compromisos que tenemos como país”. En ese sentido se refirió “al convenio de Diversidad Biológica por el cual los países firmantes, entre ellos la Argentina, se comprometen a aumentar la superficie de áreas protegidas, para lo cual -expresó Bertolini- hay que mirar al privado, a empresas, a Universidades, a particulares y tratar de integrarlos, y que puedan motivarse en establecer esas áreas, y conservarlas en la producción, en buenas prácticas productivas y que se puedan dar esos procesos naturales”.
Finalmente, en referencia a su presencia en La Pampa expresó que “encantada de estar compartiendo un clima tan distinto al de Misiones, aunque ya conocía algo de los ecosistemas.
Trabajé un tiempo en Lihuel Calel, pero estaba desconectada de cómo estaba implementándose. Me fui informando de su trabajo, que es bueno. Hay que avanzar porque es poca la superficie, pero vamos bien”.
“Están dadas las condiciones para que si se aumenta la superficie, se puedan implementar áreas protegidas”. A su vez aclaró que “hay otras provincias que no tienen buenas leyes, ni un sistema, ni esa vocación política de trabajar en esta problemática”.
En principio sostuvo que “las áreas protegidas permiten conectar al ser humano con la naturaleza”. También señaló que “las áreas protegidas son herramientas para la conservación de la biodiversidad, sobre todo ante la problemática ambiental mundial que es crítica”.
Dando una definición de área protegida manifestó que “tiene que ser un espacio definido, delimitado, luego tiene que tener una norma que la crea como tal y la regule. Además tiene que estar gestionada, implementada y manejada por alguien (que es lo más difícil), y basarse en la conservación a largo plazo de sus procesos, sus servicios ecosistémicos y valores culturales”.
“Hay áreas protegidas gobernadas por gobiernos nacionales, provinciales o municipales; otras gobernadas por privados, universidades, ONG, empresas y privados; y otras comanejadas, donde intervienen privados y públicos. Si bien no hay muchos ejemplos en Argentina en ese sentido, en el sur está el Parque Nacional Lanín con las comunidades mapuches”, dijo.
Luego informó que “el planeta cuenta con una superficie terrestre de 14,9% en áreas protegidas, mientras que la meta para 2020 es llegar al 17%. E hizo hincapié también en la deuda marina, todavía falta para llegar al 10% propuesto para el 2020 de áreas protegidas marinas (hoy estamos en el 7,5%)”.
“Otro dato importante es que Argentina cuenta con el 5 al 10% de su superficie en áreas protegidas, contándose 452 áreas. Siendo la superficie terrestre un 8% y superficie marina un 4%. Mientras que La Pampa específicamente cuenta con 107.732 hectáreas de superficie bajo área protegida, siendo menor al 1% (0,76%)”, afirmó.